UN PASEO POR LOS ALTOS...

El mar de nubes se desparrama entre *Achoche e * Imoque. Se vislumbran ya los claros del día; la silueta de una lechuza se apresura para llegar a su dormidero. Se distinguen las formas y los colores y el paso se hace mas firme sobre la tierra. El rocío de la noche sobre las jaras, me moja las *guirmas en el camino hacia el barranco. El roce de la piel de cabra levanta los aromas de la tierra, la altabaca, el poleo, el hinojo... 

Ya los canarios van en bandadas después de la cría; el final de agosto toca a su fin y van entrando, poco a poco, las nubes frescas de septiembre, el mes de la fruta. Hoy no hay nada de comida en el morral, la naturaleza proveerá...
La fruta se cae de los árboles, cojo y majo unas almendras, las peras, amarillentas y casi pasadas, son una delicia, en las paredes compito con los lagartos para apurar las últimas las uvas... 

Una bandada de palomas cruza los riscos, azuzadas por la silueta de un halcón que se mantiene en lo alto, como un puntito en el cielo azul ...
En el fondo del barranco del Rey la humedad es más acusada, casi que da frío cuando cojo toronjil y hierba buena y las pongo en el *guapilete para aromatizar el paseo. 

 

 

 agua en la fuente
 amolo mi cuchillo
 en una piedra

Sigo el camino hacia el bosquete de pinos canarios desde donde puedo observar las laderas de *Ichasagua que se alargan hacia la costa. Corto unos troncos secos para la lumbre del café...

 
 brisa en los pinos
 el sonido del hacha
 en el barranco.


* Achoche e Imoque: roques del mismo nombre
* Guirmas: ( vocablo guanche) que significa polainas. * Guapilete: gorro de piel de cabra.
* Ichasagua:Roque.

Caminar....otorisha se mueve

EL SILENCIO

 

 Camino en silencio intentando ocultar mi presencia … conozco este sendero como la palma de mi mano; tanto, que puedo incluso caminar con los ojos casi cerrados para que las candilejas de los pinos no me distraigan de los sonidos del bosque…

 De la nada aparece una densa bruma que lo cubre todo...lo noto porque los pájaros dejan de cantar, como si se adormecieran por el ingrávido paso de la nube lechosa...casi que no hay sonido sino fuera por unos pasos que se encaminan a lo más profundo del barranco.

  Rachas de fuerte brisa aparecen de improviso y agitan las ramas de los pinos, que liberan nubes amarillas de polen fecundador; ¡en el más absoluto de los silencios la vida pulsa y se desarrolla sin nuestra intervención!.

  La bruma se va etérea y silenciosa como vino...sale de nuevo el sol y los pájaros reinician los cantos en su frenética actividad; desde un bosquete cercano, reclamos de un Gavilán que acecha entre las ramas.

  De un recodo más arriba, me viene el sonido cantarín del agua que se vierte cautiva, en la taquilla medidora…aquí todo esta sometido a la voluntad de lo pragmático, del uso racional de los recuerdos; solo los pájaros, disfrutan de un chijo de agua que se escapa por las rendijas de la conducción…en las copas, las acículas de los pinos se convierten en cuerdas de un inmenso instrumento musical.

  El barranco esta en pleno apogeo florístico: escobones, retamas amarillas, palomeras, brezos…la arvejiilla cubre todas las laderas de un verde lujurioso; una gamona invade el camino e impide mi paso… todo esta cambiado, como nunca lo he visto…una miriada de insectos aprechan los manjares del polen.

  Avanzo ahora sin camino, sorteando piedras, pinocha, piñas, troncos caídos... cruzo varias veces el cauce seco del barranco…en un pino viejo y seco, un picapinos tiene su nido…

  Llego a la puerta de mi cueva y me descargo de todos la cachivaches que necesito para sobrevivir… clavo la lanza en la tierra y me siento a descansar….



el tamborileo
de un picapinos…
después…el silencio…

 

 

 Desde siempre me ha gustado este barranco, el barranco de los tres nombres...es tan largo, de cumbre a costa, que parece un desperdicio llamarlo con uno solo: el Infierno, la Fuente y los Almendros ( tocando ya las estribaciones de las Cañadas del Teide). He crecido con este barranco y me he desarrolado como persona, y ahora toca fundirme con él. Desde siempre me ha gustado su profundo tajo propiciado por el agua, que aunque escasa, aún fluye. Conozco su historia, su flora, su fauna, le he degustado con todos mis sentidos y ahora toca estar en silencio...